
Diez años después que don Abad Valencia, un campesino pensionado de la Policía, fuera desterrado por las Farc, su historia dio un giro y su vida volvió a lo que era antes.
Con ayuda de la Unidad de Restitución de Tierras (URT) recuperó su pequeña finca “La Valentina”, de apenas 4 hectáreas, en el municipio de El Castillo, y allí sembró plátano y cacao.
Acaba de vender su primera cosecha de plátano: tonelada y media. Y eso significa mejorar su calidad de vida. Ahora esperan que en poco tiempo el cacao de sus frutos.
En pocos meses, con la constancia y dedicación de este hombre serio y maduro, y su esposa Consuelo, “La Valentina” pasó de ser un rastrojo, por los 10 años de abandono, a convertirse en una finca productiva.
La Unidad de Restitución de Tierras no solo les ayudó a recuperar la finca. También los apoyó con $36 millones para el proyecto productivo de cacao y sombrío de plátano, más un componente de seguridad alimentaria: pollos y gallinas.
Pero además don Abad contó con asesoría para la firma de un acuerdo de comercialización.
Vendimos una tonelada y media de plátano a la comercializadora Asofrud del Ariari, que nos pagó a $26.000 la arroba. Consideramos que es un buen precio para nuestro producto”.
Don Abad tiene el privilegio de vivir a dos horas y media de Villavicencio, en la vereda Caño Tigre. La carretera de acceso a su finca está rodeada de hermosos paisajes que el cielo complementa con frecuentes arreboles en mágicos atardeceres.
Cerca está el río Ariari que alimenta esas tierras para que produzcan alimentos de calidad para los seres humanos.
EL DESPLAZAMIENTO
La historia de la familia Valencia, se remonta al año 2009, cuando luego de pensionarse de la Policía Nacional, don Abad y Consuelo adquirieron el predio en el que emprendieron cultivos de maracuyá y guayaba, y la cría de cachamas en cuatro estanques.
Su infortunio llegó en 2012, cuando cinco hombres armados y uniformados con ponchos negros llegaron hasta su vivienda y los conminaron a salir de inmediato o de lo contario se atuvieran a las consecuencias.
Valencia se resistió a obedecer, pero como las amenazas continuaron, finalmente se fue con su mujer y sus hijos hacia otro municipio, el 7 de febrero de 2013.
El director de la Unidad de Restitución de Tierras en el Meta, César Santoyo, informó que “Ellos presentaron su solicitud en nuestras oficinas en Villavicencio y como resultado de las labores de representación judicial y acompañamiento que les brindamos, llevamos el caso ante la justicia, y logramos que esta familia, además de regresar a su predio, tenga acceso a la oferta institucional del Estado en materia de reparación integral”.
A la fecha, en el departamento del Meta, la URT ha invertido cerca de $3 mil millones en la puesta en marcha de 102 proyectos agropecuarios en tierras restituidas, y ha suscrito 35 acuerdos de comercialización para garantizar la compra anticipada de las cosechas de las familias que pasaron de ser víctimas a convertirse en emprendedoras del campo llanero.